EL CHACAL AZUL
(Cuento de la India)
(Ilustración - Fuente : Internet)
Había una vez un chacal que vivía con su
familia en un bosque de la India. Él era el más curioso de todos sus hermanos,
pero su costumbre de meter la nariz en todas partes le traía muchos problemas.
Un buen día salió a dar un paseo y llegó
hasta las afueras de un pueblo que había junto al bosque. Se acercó a una casa
y vio que sus dueños tenían , en el patio trasero, una batea llena de un
extraño líquido.
Movido por su insaciable curiosidad, el chacal se empinó parra
ver el líquido más de cerca, lo olisqueó, se estiró para tocarlo con la pata y
…¡plaf!, se cayó de cabeza a la bañera. Aquella casa pertenecía a un sastre, la
bañera estaba llena de un brillante tinte azul llamado añil, que se usa para
teñir telas y pañuelos.
El chacal, chapoteando en el tinte, se
esforzaba por salir de la bañera, pero no lo conseguía. De repente oyó unos
pasos y decidió hacerse el muerto.
El que se acercaba era el sastre, quien,
al ver al chacal en su bañera, montó en cólera y exclamó:
- ¿Qué es esto? ¡Un chacal ahogado en mi
mejor tinte añil!¡Esta bestia me ha echado a perder mi precioso tinte!
Y sacó al pobre animal de la bañera. Al
instante, el chacal “Muerto” resucitó y echó a correr hacia el bosque.
Cuando el chacal llegó al bosque, se paró
ante un charco y se miró en la superficie del agua. Se miró por delante, por un
lado, por el otro y pensó: “Que guapo estoy. Seguro que este precioso color
azul va a traerme suerte. ¿Cómo podría sacarle partido?
Al cabo de un rato el chacal se encontró
con sus hermanos que casi lo reconocieron:
- ¿Eres tú hermano? – preguntaron- ¿Qué
te ha pasado?
- No lo van a creer – dijo el chacal azul
– La diosa del bosque me ha escogido para ser el rey de este lugar. Ella me
cambió de color para demostrarle a todos que soy diferente. Así que a partir de
ahora tendrán que obedecerme.
Los otros chacales tuvieron que admitir
que, en efecto, él era ahora diferente. Jamás en su vida habían visto un chacal
azul, así que pensaron que sería mejor hacer lo que les ordenara.
Pero el chacal azul no le bastaba con
dominar a su familia y a sus amigos; de manera que al día siguiente reunió a
todos los animales del bosque y les dijo:
- No hay en el mundo otro animal como yo,
así que tienen muchas suerte de que me hayan escogidos para ser el rey. Así que
a partir de ahora me tratarán como un rey.
Los tigres y los leones creyeron lo que decía
el chacal. Los monos y los chimpancés lo creyeron también. Las serpiente y las
ratas, las liebre y las tortugas, los halcones, los búhos y los ratones, todos
creyeron al chacal azul como rey.
Y desde aquel día los animales lo
trataron como s su rey, sin darse cuenta de que no era más que un chacal corriente
teñido de añil.
El chacal azul no tardó en
malacostumbrarse. Ahora no tenía que salir a cazar para alimentarse, porque los
leones y los tigres le traían comida. No tenía que asearse porque los monos se
ocupaban de bañarlo y dormía en una cama blanda oliendo a flores. Todos los
animales estaban obligados a hacerle reverencias.
Al final el chacal azul se echó a perder
y se convirtió en un ser insoportable.
- Ha ido demasiado lejos – dijeron los
otros chacales- Es un creído y un bobo. Puede que sea azul, pero no deja de ser
un simple chacal. Si los otros animales supieron que es como cualquiera de nosotros,
le perderían el temor y el respeto.
Así que planearon tenderle una trampa.
Esperaron a que lucieran las primeras estrellas en el cielo, y entonces se
acercaron sigilosamente adonde el rey chacal, adornando con collares de flores,
tenía su corte. Los pájaros del bosque le están ofreciendo un concierto con sus
trinos. Los monos lo abanicaban con hojas y los leones y tigres montaban
guardia para protegerlo.
Cuando la luna se elevó en el cielo, el
chacal más viejo levantó la cabeza y comenzó a aullar. Los demás chacales lo
imitaron. Nada más oír los aullidos, el chacal azul se le erizaron todos los
pelos del cuerpo porque , después de todo, él no era más que un chacal como los
demás y no podía resistirse a la vieja costumbre de aullar a la luna.
- ¡Auuuu!- aulló el chacal azul,
levantando la cabeza y dejando caer sus collares de flores.
- ¿Qué demonios es todo este jaleo?-
gruñeron los leones y los tigres- ¡Miren! ¡Nuestro rey no es más que un chacal
corriente!
- ¡Es un chacal, es un chacal!- gritaron
los monos, triando al suelo los abanicos- ¡Vamos por él!
Peor el chacal azul, percatándose de que
su reinado había llegado a su fin, salió corriendo a toda velocidad. Todos los
animales corrieron tras él, pero no consiguieron darle caza. Y nunca más
volvieron a ver al chacal azul.
Fin
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