jueves, 15 de octubre de 2015

EL GUSANO Y LOS ANIMALES SALVAJES
(Cuento popular Masai)
(Ilustración: Laurie - Fuente: Internet)



Érase una vez una liebre que salió de casa para ir de paseo.
Aprovechando su ausencia, un gusano se coló en casa de la liebre.
Cuando la liebre regresó y vio unas huellas en el suelo, desconfió y gritó:

- ¡Eh!, ¿Quien se ha metido en mi casa?

El gusano proclamó a gritos con la voz más potente que pudo:

- ¡Soy el gran guerrero, hijo del gigante que perdió los grilletes de los tobillos en la batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los suelos al rinoceronte y hago del elefante caca de vaca! ¡Soy invencible!

La liebre huyó a toda prisa, pensando:

- ¿Cómo voy a enfrentarme yo, que soy tan pequeñita, a un animalote que usa al rinoceronte de alfombra para limpiarse los pies de la caca de vaca en que ha convertido al elefante?

Por el camino encontró al chacal y le pidió que fuera con ella a sacar  a aquel tipejo que se había instalado en su casa. El chacal accedió y cuando llegaron a casa de la liebre, ladró con fuerza y preguntó:

- ¿Quién se ha metido en la casa de mi amiga la liebre?

 - ¡Soy el gran guerrero, hijo del gigante que perdió los grilletes de los tobillos en la batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los suelos al rinoceronte y hago del elefante caca de vaca! ¡Soy invencible!

Al oír estas palabras, el chacal dijo con las orejas gachas:

- No tengo nada que hacer con un tipo así…- y se largó con el rabo entre las piernas.

Entonces la liebre fue a buscar al leopardo, y  le pidió que fuera a parlamentar con el gigante que tenía metido en su casa.
Al llegar a casa de la libre, el leopardo rugió:

-¿Quién se ha metido en la casa de mi amiga la liebre?

- ¡Soy el gran guerrero, hijo del gigante que perdió los grilletes de los tobillos en la batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los suelos al rinoceronte y hago del elefante caca de vaca! ¡Soy invencible!

El leopardo se asustó:

- ¡Si hace picadillo al rinoceronte y al elefante, imagínate qué hará conmigo! – y huyó muerto de miedo.

Habría que empezar de nuevo. Esta vez la liebre fue a pedir ayuda al rinoceronte.
Cuando el rinoceronte llegó ante la casa de la liebre y preguntó quién estaba ahí adentro, oyó un vozarrón que decía:

- ¡Soy el gran guerrero, hijo del gigante que perdió los grilletes de los tobillos en la batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los suelos al rinoceronte y hago del elefante caca de vaca! ¡Soy invencible!

¡Ay! Ni se imaginan  lo que pensó el rinoceronte cuando oyó estas palabras!

- ¿Quééé? ¿Dices que me puedes tirar por los suelos de un soplido?. Ay, no, yo prefiero seguir vivito y coleando.

Y puso pies en polvorosa.
Y así fue como a la liebre no le quedó más remedio que ir a buscar al elefante y pedirle ayuda.
El elefante la acompañó, preguntó quién estaba dentro de la casa, escuchó la respuesta y finalmente dijo que no tenía ni pizca de ganas de que lo convirtieran en caca de vaca.

¡Pobre liebre!¿Qué podía hacer? Ni si quiera los animales más fuertes y grandes de la selva se atrevían a echar a aquel huésped indeseable que se le había metido en casa…Lloraba y suspiraba por su desgracia, cuando pasó por allí una rana.
La rana le preguntó por qué lloraba, y la liebre se lo contó todo.
Entonces la rana se acercó al portal de la casa de la liebre y preguntó quién estaba dentro. Obtuvo la misma respuesta que los demás animales.

- ¡Soy el gran guerrero, hijo del gigante que perdió los grilletes de los tobillos en la batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los suelos al rinoceronte y hago del elefante caca de vaca! ¡Soy invencible!

Pero la rana, en vez de huir, se acercó más a la puerta y gritó:

-¡Pues prepárate porque ahora vengo yo!¡Puedo saltar como una catapulta y además tengo un aspecto monstruoso!

Cuando el gusano lo oyó se puso a temblar como una hoja.
Al saber quién estaba en la entrada, y al saber que de un brinco saltaría sobre el tejado y lo dejaría hecho polvo prefirió asomar la nariz y confesar.

- ¡No soy más que un gusano!

Todos los animales de la selva que se habían acercando a la cabaña de la liebre para ver que tipo de gigante, gigantón gigantazo que se había colado ahí, para saber como acababa todo, no pudieron evitarlo y soltaron la gran carcajada.

Y mientras la rana y la liebre saltaban y bailaban de alegría el chacal, el leopardo, el rinoceronte y el elefante querían morirse de vergüenza.

- ¡Miren que tener miedo de un gusanito ridículo! – dijeron en coro.

Y desde ese día se corrió la voz en todo el bosque y en la selva, que el animal mas fuerte del mundo es el gusano.


Fin.

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