miércoles, 10 de febrero de 2016

LA RATITA PRESUMIDA
(Cuento popular)
(Ilustración - Fuente: Internet)




Érase una vez, una ratita que era muy presumida. Una mañana muy temprano salió a barrer la puerta de su casa, cuando de repente entre la tierra  ve algo que brillaba... una moneda de oro.

La ratita la recogió del suelo y se puso a pensar qué se compraría con la moneda.

- Ya sé, me compraré caramelos... uy! no porque me dolerán los dientes.

La ratita siguió pensando y entonces dijo:

- Lo tengo!, me comprare pasteles... uy! no que me dolerá la panza. 

De pronto se le ocurrió una gran idea:

- Ya sé, me compraré un lacito de color rojo para adornar mi colita.

La ratita guardó la moneda en el bolsillo y se fue al mercado. Una vez allí le pidió al tendero un trozo de su mejor cinta roja. La compró y volvió a casa.

Al día siguiente, cuando la ratita se levantó se ató un lacito en la cola y salió al barrer la puerta de su casa. 

De pronto aparece un gallo y le dice:

- Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿no te quieres casar conmigo?

Y la ratita le respondió: 

- No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?

- Quiquiriquí - respondió el gallo.

 -Ay! no, contigo no me casaré, no me gusta el ruido que haces.

Entonces el gallo se fue a buscar una gallina para hacerla su novia.
En ese momento apareció un perro y le dijo: 

- Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?

 Y la ratita le respondió: 

- No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?

- Guau, guau - respondió el perro.

- Ay! no, contigo no me casaré, no me gusta el ruido que haces.

El perro bajó las orejas y se fue a buscar una linda perrita para hacerla su novia.

De pronto apareció un gato y dijo:

- Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?

Y la ratita le dijo:

- No sé, no sé, ¿y tú por las noches qué ruido haces?

- Miauu, miauu. 

- Ay no, contigo no me casaré no me gusta el ruido que haces.


El gato se fue  a buscar una gatita para hacerla su novia.

La ratita ya perdía las esperanzas de encontrar un novio, cuando de pronto llega un hermoso ratón blanco, y le dice a la ratita:

- Ratita, ratita tú que eres tan bonita ¿te quieres casar conmigo?

 Y la ratita le dijo: 

- No sé, no sé, ¿y tú qué ruido haces por las noches?”. Y el ratón con voz suave y dulce le dice: 

- ¿Yo? ninguno, yo solo duermo y callo, duermo y callo.

- Ay! sí contigo me casaré.

Y es así como la ratita presumida y el ratón blanco de dulce voz se casaron.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

Fin.