viernes, 13 de noviembre de 2015

EL CHACAL AZUL
(Cuento de la India)
(Ilustración - Fuente : Internet)



Había una vez un chacal que vivía con su familia en un bosque de la India. Él era el más curioso de todos sus hermanos, pero su costumbre de meter la nariz en todas partes le traía muchos problemas.

Un buen día salió a dar un paseo y llegó hasta las afueras de un pueblo que había junto al bosque. Se acercó a una casa y vio que sus dueños tenían , en el patio trasero, una batea llena de un extraño líquido. 

Movido por su insaciable curiosidad, el chacal se empinó parra ver el líquido más de cerca, lo olisqueó, se estiró para tocarlo con la pata y …¡plaf!, se cayó de cabeza a la bañera. Aquella casa pertenecía a un sastre, la bañera estaba llena de un brillante tinte azul llamado añil, que se usa para teñir telas y pañuelos.

El chacal, chapoteando en el tinte, se esforzaba por salir de la bañera, pero no lo conseguía. De repente oyó unos pasos y decidió hacerse el muerto.
El que se acercaba era el sastre, quien, al ver al chacal en su bañera, montó en cólera y exclamó:

- ¿Qué es esto? ¡Un chacal ahogado en mi mejor tinte añil!¡Esta bestia me ha echado a perder mi precioso tinte!

Y sacó al pobre animal de la bañera. Al instante, el chacal “Muerto” resucitó y echó a correr hacia el bosque.

Cuando el chacal llegó al bosque, se paró ante un charco y se miró en la superficie del agua. Se miró por delante, por un lado, por el otro y pensó: “Que guapo estoy. Seguro que este precioso color azul va a traerme suerte. ¿Cómo podría sacarle partido?
Al cabo de un rato el chacal se encontró con sus hermanos que casi lo reconocieron:

- ¿Eres tú hermano? – preguntaron- ¿Qué te ha pasado?

- No lo van a creer – dijo el chacal azul – La diosa del bosque me ha escogido para ser el rey de este lugar. Ella me cambió de color para demostrarle a todos que soy diferente. Así que a partir de ahora tendrán que obedecerme.

Los otros chacales tuvieron que admitir que, en efecto, él era ahora diferente. Jamás en su vida habían visto un chacal azul, así que pensaron que sería mejor hacer lo que les ordenara.

Pero el chacal azul no le bastaba con dominar a su familia y a sus amigos; de manera que al día siguiente reunió a todos los animales del bosque y les dijo:

- No hay en el mundo otro animal como yo, así que tienen muchas suerte de que me hayan escogidos para ser el rey. Así que a partir de ahora me tratarán como un rey.

 Los tigres y los leones creyeron lo que decía el chacal. Los monos y los chimpancés lo creyeron también. Las serpiente y las ratas, las liebre y las tortugas, los halcones, los búhos y los ratones, todos creyeron al chacal azul como rey.

Y desde aquel día los animales lo trataron como s su rey, sin darse cuenta de que no era más que un chacal corriente teñido de añil.
El chacal azul no tardó en malacostumbrarse. Ahora no tenía que salir a cazar para alimentarse, porque los leones y los tigres le traían comida. No tenía que asearse porque los monos se ocupaban de bañarlo y dormía en una cama blanda oliendo a flores. Todos los animales estaban obligados a hacerle reverencias.

Al final el chacal azul se echó a perder y se convirtió en un ser insoportable.

- Ha ido demasiado lejos – dijeron los otros chacales- Es un creído y un bobo. Puede que sea azul, pero no deja de ser un simple chacal. Si los otros animales supieron que es como cualquiera de nosotros, le perderían el temor y el respeto.

Así que planearon tenderle una trampa. Esperaron a que lucieran las primeras estrellas en el cielo, y entonces se acercaron sigilosamente adonde el rey chacal, adornando con collares de flores, tenía su corte. Los pájaros del bosque le están ofreciendo un concierto con sus trinos. Los monos lo abanicaban con hojas y los leones y tigres montaban guardia para protegerlo.

Cuando la luna se elevó en el cielo, el chacal más viejo levantó la cabeza y comenzó a aullar. Los demás chacales lo imitaron. Nada más oír los aullidos, el chacal azul se le erizaron todos los pelos del cuerpo porque , después de todo, él no era más que un chacal como los demás y no podía resistirse a la vieja costumbre de aullar a la luna.

- ¡Auuuu!- aulló el chacal azul, levantando la cabeza y dejando caer sus collares de flores.

- ¿Qué demonios es todo este jaleo?- gruñeron los leones y los tigres- ¡Miren! ¡Nuestro rey no es más que un chacal corriente!

- ¡Es un chacal, es un chacal!- gritaron los monos, triando al suelo los abanicos- ¡Vamos por él!

Peor el chacal azul, percatándose de que su reinado había llegado a su fin, salió corriendo a toda velocidad. Todos los animales corrieron tras él, pero no consiguieron darle caza. Y nunca más volvieron a ver al chacal azul.

Fin