EL GUSANO Y LOS ANIMALES SALVAJES
(Cuento
popular Masai)
(Ilustración: Laurie - Fuente: Internet)
Érase una
vez una liebre que salió de casa para ir de paseo.
Aprovechando
su ausencia, un gusano se coló en casa de la liebre.
Cuando la
liebre regresó y vio unas huellas en el suelo, desconfió y gritó:
- ¡Eh!,
¿Quien se ha metido en mi casa?
El gusano
proclamó a gritos con la voz más potente que pudo:
- ¡Soy el
gran guerrero, hijo del gigante que perdió los grilletes de los tobillos en la
batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los suelos al rinoceronte y hago del elefante
caca de vaca! ¡Soy invencible!
La liebre
huyó a toda prisa, pensando:
- ¿Cómo
voy a enfrentarme yo, que soy tan pequeñita, a un animalote que usa al
rinoceronte de alfombra para limpiarse los pies de la caca de vaca en que ha
convertido al elefante?
Por el
camino encontró al chacal y le pidió que fuera con ella a sacar a aquel tipejo que se había instalado en su
casa. El chacal accedió y cuando llegaron a casa de la liebre, ladró con fuerza
y preguntó:
- ¿Quién
se ha metido en la casa de mi amiga la liebre?
- ¡Soy el gran guerrero, hijo del gigante que
perdió los grilletes de los tobillos en la batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los
suelos al rinoceronte y hago del elefante caca de vaca! ¡Soy invencible!
Al oír
estas palabras, el chacal dijo con las orejas gachas:
- No tengo
nada que hacer con un tipo así…- y se largó con el rabo entre las piernas.
Entonces
la liebre fue a buscar al leopardo, y le
pidió que fuera a parlamentar con el gigante que tenía metido en su casa.
Al llegar
a casa de la libre, el leopardo rugió:
-¿Quién se
ha metido en la casa de mi amiga la liebre?
- ¡Soy el
gran guerrero, hijo del gigante que perdió los grilletes de los tobillos en la
batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los suelos al rinoceronte y hago del elefante
caca de vaca! ¡Soy invencible!
El
leopardo se asustó:
- ¡Si hace
picadillo al rinoceronte y al elefante, imagínate qué hará conmigo! – y huyó
muerto de miedo.
Habría que
empezar de nuevo. Esta vez la liebre fue a pedir ayuda al rinoceronte.
Cuando el
rinoceronte llegó ante la casa de la liebre y preguntó quién estaba ahí
adentro, oyó un vozarrón que decía:
- ¡Soy el
gran guerrero, hijo del gigante que perdió los grilletes de los tobillos en la
batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los suelos al rinoceronte y hago del elefante
caca de vaca! ¡Soy invencible!
¡Ay! Ni se
imaginan lo que pensó el rinoceronte cuando
oyó estas palabras!
- ¿Quééé?
¿Dices que me puedes tirar por los suelos de un soplido?. Ay, no, yo prefiero
seguir vivito y coleando.
Y puso
pies en polvorosa.
Y así fue
como a la liebre no le quedó más remedio que ir a buscar al elefante y pedirle
ayuda.
El
elefante la acompañó, preguntó quién estaba dentro de la casa, escuchó la
respuesta y finalmente dijo que no tenía ni pizca de ganas de que lo convirtieran
en caca de vaca.
¡Pobre
liebre!¿Qué podía hacer? Ni si quiera los animales más fuertes y grandes de la
selva se atrevían a echar a aquel huésped indeseable que se le había metido en
casa…Lloraba y suspiraba por su desgracia, cuando pasó por allí una rana.
La rana le
preguntó por qué lloraba, y la liebre se lo contó todo.
Entonces
la rana se acercó al portal de la casa de la liebre y preguntó quién estaba
dentro. Obtuvo la misma respuesta que los demás animales.
- ¡Soy el
gran guerrero, hijo del gigante que perdió los grilletes de los tobillos en la
batalla de Kurtiale! ¡Yo tiro por los suelos al rinoceronte y hago del elefante
caca de vaca! ¡Soy invencible!
Pero la
rana, en vez de huir, se acercó más a la puerta y gritó:
-¡Pues prepárate
porque ahora vengo yo!¡Puedo saltar como una catapulta y además tengo un
aspecto monstruoso!
Cuando el
gusano lo oyó se puso a temblar como una hoja.
Al saber
quién estaba en la entrada, y al saber que de un brinco saltaría sobre el
tejado y lo dejaría hecho polvo prefirió asomar la nariz y confesar.
- ¡No soy
más que un gusano!
Todos los
animales de la selva que se habían acercando a la cabaña de la liebre para ver
que tipo de gigante, gigantón gigantazo que se había colado ahí, para saber
como acababa todo, no pudieron evitarlo y soltaron la gran carcajada.
Y mientras
la rana y la liebre saltaban y bailaban de alegría el chacal, el leopardo, el
rinoceronte y el elefante querían morirse de vergüenza.
- ¡Miren
que tener miedo de un gusanito ridículo! – dijeron en coro.
Y desde
ese día se corrió la voz en todo el bosque y en la selva, que el animal mas fuerte del mundo es el gusano.
Fin.