viernes, 4 de enero de 2013


El árbol que hablaba
(Cuento Anónimo africano)
(Ilustraciones - Fuente: Internet)

Hubo una vez un lobo que estaba paseando por el bosque. De pronto  se encontró con un hermoso árbol que tenía unas hojas que parecían caras de personas. Atraído por este, se acercó y pudo oír al árbol hablar.
El lobo se asustó y dijo:
-Hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol que hable.
Tan pronto como hubo dicho estas palabras, algo, que no pudo ver, lo golpeó en la cabeza y lo dejó inconsciente. No sabía durante cuánto tiempo había estado allí tendido en el suelo, pero cuando despertó estaba muy asustado para hablar. Se levantó inmediatamente y empezó a correr muerto de miedo.
Luego de un tiempo,ya calmado el lobo pensó acerca de lo que le había ocurrido aquel día y se dio cuenta de que podía usar el árbol para su provecho. Así que se fue a pasear de nuevo por el bosque y se encontró con un antílope. Rapidamente le contó lo del árbol que hablaba, pero el antílope no le creyó.
-Ven y lo verás tu mismo -dijo el lobo- pero cuando llegues delante del árbol asegúrate de decir estas palabras: "Hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol que hable". Si no las dices, morirás.
El lobo y el antílope se acercaron hasta el árbol que hablaba. El antílope dijo:
-Has dicho la verdad, lobo, hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol que hable.
Tan pronto como dijo esto algo lo golpeó en la cabeza y lo dejó inconsciente. El lobo cargó con él antílope y se lo llevó a casa para comérselo. 
"Este árbol que habla solucionará todos mis problemas", pensó el lobo. "Si soy inteligente nunca más volveré a pasar hambre."
A la semana siguiente el lobo estaba paseando como de costumbre. Al cabo de un rato se encontró con una tortuga. Le contó la misma historia que le había contado al antílope, y la llevó hasta el lugar. La tortuga se sorprendió cuando vio al árbol que hablaba:
-No creía que esto fuera posible -dijo- hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol que hable.
Inmediatamente fue golpeada por algo que no pudo ver y cayó inconsciente. El lobo arrastró a la tortuga hasta su casa y la puso en una olla. Pensó en hacer una estupenda sopa con ella.
El lobo estaba orgulloso de sí mismo. Después del antílope y la tortuga cazó un ave, un jabalí y un ciervo. Nunca antes había comido mejor. Siempre usaba la misma estrategia. Contaba a sus presas lo que debían decir y que si no lo decían morirían. 
Todos ellos hicieron lo que el lobo les dijo y todos ellos quedaron inconscientes. Luego el lobo cargaba con ellos hasta su casa para preparar los platos más sabrosos y suculentos. Era un plan perfecto, él lo creía simple e infalible, y agradecía a las estrellas el hecho de haber encontrado ese árbol. Esperaba comer como un rey durante el resto de su vida.
Un día, que se sentía con algo de hambre, el lobo fue a pasear de nuevo. Esta vez se encontró con una liebre. El lobo le dijo:
-Hermana liebre, he visto algo que no podrás creer, algo maravilloso que seguro ni tus antepasados pudieron ver. 
-Hermano mayor, ¿qué puede ser? -preguntó la liebre.
-He visto un árbol que habla en el bosque -dijo el lobo.
Entonces le contó la misma historia a la liebre y se ofreció  llevarla a ver ese árbol que hablaba. Fueron juntos hasta el lugar. Cuando se acercaban al árbol el lobo le dijo:
-No olvides lo que te he contado.
-¿Qué me contaste? -preguntó la liebre.
-Lo que debes decir cuando llegues junto al árbol, o si no , morirás -dijo el lobo.
-¡Oh!, sí -dijo la liebre-.
Y empezó a hablar con el árbol.
-¡Oh!, árbol, ¡oh!, árbol -dijo-. Eres un árbol precioso.
.No, esto no -dijo el lobo.
-Perdona -dijo la liebre. Entonces habló de nuevo.
- Árbol, ¡oh!, árbol, nunca pensé que pudieras ser tan maravilloso.
-¡No, no! -dijo el lobo- no un árbol precioso ni maravilloso, un árbol que hable.
-Oh!, si, perdón. - dijo la libre y continuó - ¡Oh!, por Dios nunca en mi vida vi un árbol tan imponente y mágico.
- No!, - dijo el lobo gritando -  Te dije que tenías que decir que nunca habías  encontrado con algo tan raro como un árbol que hable!!.
Tan pronto como hubo dicho estas palabras, el lobo cayó inconsciente. La liebre se fue andando y mirando hacia el árbol y el lobo. Luego sonrió:
-Entonces, este era el plan del señor Lobo -dijo-. Se pensaba que este lugar era un comedero y yo su comida.
La liebre se marchó y contó a todos los animales de la selva el secreto del árbol que hablaba. El plan del lobo fue descubierto, y el árbol, sin herir a nadie, continuó hablando solo.

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