El árbol que hablaba
(Cuento Anónimo africano)
(Ilustraciones - Fuente: Internet)
Hubo una vez un lobo que estaba paseando por el bosque. De pronto se encontró con un hermoso árbol que tenía unas hojas que parecían
caras de personas. Atraído por este, se acercó y pudo oír al árbol hablar.
El lobo se asustó y
dijo:
-Hasta el día de hoy
nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol que hable.
Tan pronto como hubo
dicho estas palabras, algo, que no pudo ver, lo golpeó en la cabeza y lo dejó
inconsciente. No sabía durante cuánto tiempo había estado allí tendido en el
suelo, pero cuando despertó estaba muy asustado para hablar. Se levantó
inmediatamente y empezó a correr muerto de miedo.
Luego de un tiempo,ya calmado el lobo pensó acerca de lo que le había ocurrido aquel día y se dio cuenta de que podía usar el árbol
para su provecho. Así que se fue a pasear de nuevo por el bosque y se encontró con un antílope. Rapidamente le
contó lo del árbol que hablaba, pero el antílope no le creyó.
-Ven y lo verás tu mismo
-dijo el lobo- pero cuando llegues delante del árbol asegúrate de decir estas
palabras: "Hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro
como un árbol que hable". Si no las dices, morirás.
El lobo y el antílope se
acercaron hasta el árbol que hablaba. El antílope dijo:
-Has dicho la verdad,
lobo, hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un
árbol que hable.
Tan pronto como dijo
esto algo lo golpeó en la cabeza y lo dejó inconsciente. El lobo cargó con él antílope y se lo llevó a casa para comérselo.
"Este árbol que habla
solucionará todos mis problemas", pensó el lobo. "Si soy inteligente
nunca más volveré a pasar hambre."
A la semana siguiente el lobo
estaba paseando como de costumbre. Al cabo de un rato se encontró con una
tortuga. Le contó la misma historia que le había contado al antílope, y la
llevó hasta el lugar. La tortuga se sorprendió cuando vio al árbol que hablaba:
-No creía que esto fuera
posible -dijo- hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro
como un árbol que hable.
Inmediatamente fue
golpeada por algo que no pudo ver y cayó inconsciente. El lobo arrastró a la tortuga hasta su casa y la puso en una olla. Pensó en hacer una estupenda sopa con ella.
El lobo estaba orgulloso
de sí mismo. Después del antílope y la tortuga cazó un ave, un jabalí y un
ciervo. Nunca antes había comido mejor. Siempre usaba la misma estrategia.
Contaba a sus presas lo que debían decir y que si no lo decían morirían.
Todos ellos hicieron lo que el lobo les
dijo y todos ellos quedaron inconscientes. Luego el lobo cargaba con ellos
hasta su casa para preparar los platos más sabrosos y suculentos. Era un plan perfecto, él lo creía simple e infalible, y
agradecía a las estrellas el hecho de haber encontrado ese árbol. Esperaba
comer como un rey durante el resto de su vida.
Un día, que se sentía
con algo de hambre, el lobo fue a pasear de nuevo. Esta vez se encontró con una
liebre. El lobo le dijo:
-Hermana liebre, he
visto algo que no podrás creer, algo maravilloso que seguro ni tus antepasados pudieron ver.
-Hermano mayor, ¿qué
puede ser? -preguntó la liebre.
-He visto un árbol que
habla en el bosque -dijo el lobo.
Entonces le contó la misma historia a la liebre y se ofreció llevarla a ver ese árbol que hablaba.
Fueron juntos hasta el lugar. Cuando se acercaban al árbol el lobo le dijo:
-No olvides lo que te he
contado.
-¿Qué me contaste?
-preguntó la liebre.
-Lo que debes decir
cuando llegues junto al árbol, o si no , morirás -dijo el lobo.
-¡Oh!, sí -dijo la
liebre-.
Y empezó a hablar con el
árbol.
-¡Oh!, árbol, ¡oh!,
árbol -dijo-. Eres un árbol precioso.
.No, esto no -dijo el
lobo.
-Perdona -dijo la
liebre. Entonces habló de nuevo.
- Árbol, ¡oh!, árbol, nunca pensé que pudieras
ser tan maravilloso.
-¡No, no! -dijo el lobo-
no un árbol precioso ni maravilloso, un árbol que hable.
-Oh!, si, perdón. - dijo la libre y continuó - ¡Oh!, por Dios nunca en mi vida vi un árbol tan imponente y mágico.
- No!, - dijo el lobo gritando - Te dije que tenías que decir que nunca
habías encontrado con algo tan raro como un árbol que hable!!.
Tan pronto como hubo
dicho estas palabras, el lobo cayó inconsciente. La liebre se fue andando y
mirando hacia el árbol y el lobo. Luego sonrió:
-Entonces, este era el
plan del señor Lobo -dijo-. Se pensaba que este lugar era un comedero y yo su
comida.
La liebre se marchó y contó a todos los animales de
la selva el secreto del árbol que hablaba. El plan del lobo fue descubierto, y
el árbol, sin herir a nadie, continuó hablando solo.