LOS TRES CONSEJOS
(Cuento Popular)
(Ilustración: Gustavo Aimar - Fuente: Internet)
Cuentan que hace mucho
tiempo en un pueblecito del interior, vivía una pareja de recién casados, eran muy pobres y no tenían como vivir. Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su
esposa:
- “Querida, voy a viajar muy lejos, buscaré un buen empleo y trabajaré hasta tener
lo suficiente para poder mantenernos y darte una vida mas cómoda y digna. No sé cuanto
tiempo me tomará, solo te pido una cosa: que me esperes y mientras yo este
lejos, me seas fiel, pues yo te seré fiel a ti.”
Se despidió de su esposa y
salio de su hogar. Caminó muchos días hasta encontrar una gran hacienda. Para su suerte necesitaban un trabajador. El joven se ofreció y fue
aceptado.
Antes de comenzar a trabajar exigió hablar con el dueño
de la hacienda y le pidió hacer un trato:
- “Déjeme trabajar por el
tiempo que yo quiera y cuando encuentre que debo irme, el señor me liberará
de mis obligaciones. Yo no deseo recibir mi salario. Le pido al señor que lo guarde
hasta el día en que me vaya. El día que yo salga Ud. me dará el dinero que yo
haya ganado."
Los dos estuvieron de
acuerdo.
Aquel joven trabajo durante
20 años, sin vacaciones y sin descanso.
Después de veinte años se
acerco a su patrón y le dijo:
- “Patrón, deseo regresar a mi casa, por favor entrégueme
mi dinero.”
El patrón que le había agarrado cariño le respondió:
- “Muy bien, hicimos un
pacto y voy a cumplirlo, solo que antes quiero hacerte una propuesta. Yo te doy
tu dinero y te vas o te doy tres consejos y te vas.
Si te doy el dinero, no te
doy los consejos y viceversa. Piénsalo y después me das la respuesta.”
El hombre pensó durante tres
días, busco al patrón y le dijo: “QUIERO LOS TRES CONSEJOS”
El patrón le recordó:
- “Si te doy los consejos,
no te doy el dinero.”
Y el empleado respondió:
- “Quiero los consejos.”
El patrón entonces le dijo:
- Estos son los concejos:
“NUNCA TOMES ATAJOS EN TU
VIDA". Caminos mas cortos y desconocidos te pueden costar la vida.
"NUNCA SEAS CURIOSO DE
AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL". Pues la curiosidad por el mal puede ser fatal.
"NUNCA TOMES DECISIONES EN
MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR". Pues puedes arrepentirte demasiado tarde."
Después de darle los
consejos, el patrón le dijo al joven, que ya no era tan joven, lo siguiente:
- “Aquí tienes tres panes,
dos para comer durante el viaje y este tercero es para comer con tu esposa cuando
llegues a casa. guardalo con cuidado y recuerda compartirlo con ella.”
El hombre entonces, le agradeció y comenzó el camino de regreso a casa, tras veinte años de ausencia y lejos de su esposa, la que el tanto amaba. Después del
primer día de viaje, encontró una persona que lo saludo y le pregunto:
- “Para donde vas?”
Él le respondió:
- “Voy para mi pueblo y
queda a más de veinte días de caminata por esta carretera.”
La persona le dijo
entonces:
- “Este camino es muy
largo, yo conozco un atajo por el cual llegaras en pocos días”.
El joven contento, comenzó
a caminar por el atajo, cuando se acordó del primer consejo, “NUNCA TOMES
ATAJOS EN TU VIDA. CAMINOS MAS CORTOS Y DESCONOCIDOS TE PUEDEN COSTAR LA VIDA”.
Entonces se alejó de aquel atajo y volvió al camino normal.
Dos
días después se enteró que aquel atajo llevaba a una emboscada y que en aquel
lugar a otro viajero lo asaltaron, lo golpearon, y le robaron toda su ropa.
Después de algunos días de
viaje, y cansado al extremo, encontró una pensión junto al camino. Era muy
tarde en la noche y parecía que todos dormían, pero igual toco la puerta. Una
mujer con mala cara le abrió y lo atendió. Como estaba tan cansado,
tan solo le pagó la tarifa del día sin preguntar nada, y después de tomar un
baño se acostó a dormir.
De madrugada se levantó
asustado al escuchar un grito aterrador. Se puso de pié de un salto y se
dirigió hasta la puerta para ir hacia donde escuchó el grito. Cuando estaba
abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo. “NUNCA SEAS CURIOSO DE
AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL PUES LA CURIOSIDAD POR EL MAL PUEDE SER FATAL”
. Entonces el hombre regresó y se acostó a dormir. Al amanecer, después de tomar su café, el dueño
de la posada le pregunto si no había escuchado un grito y el joven le contesto
que si lo había escuchado.
El dueño de la posada de
pregunto:
- "¿Y no sintió
curiosidad?"
- Si, al comienzo pero luego
preferí no salir.
- "Usted ha tenido
suerte en no salir, pues en las noches nos acecha una mujer maleante
con crisis de locura, que grita horriblemente y cuando el huésped sale lo mata,
lo entierra en el quintal, y luego se esfuma."
El joven asustado siguió su
largo camino de regreso, ansioso por llegar a casa. Después de muchos días y noches de
caminata, ya al atardecer, vio entre los árboles humo saliendo de la chimenea
de su pequeña casa, camino y vio entre los arbustos la silueta de su esposa.
Estaba anocheciendo, pero alcanzo a ver que ella no estaba sola.
Se acercó un poco mas y vio
que ella abrazaba a un hombre al que le hacía acaricias en los cabellos.
Cuando vio aquella escena, su corazón se lleno de odio y amargura y decidió
correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad. Respiró profundo,
apresuro sus pasos, cuando recordó el tercer consejo: “NUNCA TOMES DECISIONES
EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, PUES PUEDES ARREPENTIRTE DEMASIADO TARDE”
Entonces se paró y
reflexionó, decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día siguiente tomar una
decisión.
Al amanecer ya con la
cabeza fría se dijo:
- “No voy a matar a mi
esposa. Voy a volver con mi patrón y a pedirle que me acepte de vuelta. Solo
que antes, quiero decirle a mi esposa que siempre le fui fiel.”
Se dirigió a la puerta de
la casa y tocó. Cuando la esposa le abre la puerta y lo reconoce, se cuelga de
su cuello y lo abraza afectuosamente. El trata de quitársela, pero no lo
consigue.
Entonces con lagrimas en
los ojos le dice:
- “Yo te fui fiel y tú me
traicionaste."
Ella espantada le responde:
- “¿Cómo?... Yo nunca te
traicioné. Te esperé durante veinte años."
El entonces le preguntó:
- “¿Y quién era ese hombre
que aabrazabas ayer por la tarde?"
Y ella le contestó:
- “Aquel hombre es nuestro
hijo. Cuando te fuiste, descubrí que estaba embarazada. Hoy el tiene veinte
años de edad."
Entonces el marido entró,
conoció, abrazó a su hijo y les contó toda su historia, mientras su esposa
preparaba la comida. Se sentaron a comer las delicias que ella preparó
acompañadas de el ultimo pan, aquel que le dio su amo para comerlo junto con su
esposa. Después, con lágrimas de emoción, partió el pan, y al abrirlo, se
encontró todo el dinero que había ganado, era el pago de sus veinte años de
dedicación...