LA RATITA PRESUMIDA
(Cuento popular)
(Ilustración - Fuente: Internet)
Érase una vez, una ratita que era muy presumida. Una mañana muy temprano salió a barrer la puerta de su casa, cuando de repente entre la tierra ve algo que brillaba... una moneda de oro.
La ratita la recogió del suelo y se puso a pensar qué se compraría con la moneda.
- Ya sé, me compraré caramelos... uy! no porque me dolerán los dientes.
La ratita siguió pensando y entonces dijo:
- Lo tengo!, me comprare pasteles... uy! no que me dolerá la panza.
De pronto se le ocurrió una gran idea:
- Ya sé, me compraré un lacito de color rojo para adornar mi colita.
La ratita guardó la moneda en el bolsillo y se fue al mercado. Una vez allí le pidió al tendero un trozo de su mejor cinta roja. La compró y volvió a casa.
Al día siguiente, cuando la ratita se levantó se ató un lacito en la cola y salió al barrer la puerta de su casa.
De pronto aparece un gallo y le dice:
- Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿no te quieres casar conmigo?
Y la ratita le respondió:
- No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?
- Quiquiriquí - respondió el gallo.
-Ay! no, contigo no me casaré, no me gusta el ruido que haces.
Entonces el gallo se fue a buscar una gallina para hacerla su novia.
En ese momento apareció un perro y le dijo:
- Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?
Y la ratita le respondió:
- No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?
- Guau, guau - respondió el perro.
- Ay! no, contigo no me casaré, no me gusta el ruido que haces.
El perro bajó las orejas y se fue a buscar una linda perrita para hacerla su novia.
De pronto apareció un gato y dijo:
- Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?
Y la ratita le dijo:
- No sé, no sé, ¿y tú por las noches qué ruido haces?
- Miauu, miauu.
- Ay no, contigo no me casaré no me gusta el ruido que haces.
El gato se fue a buscar una gatita para hacerla su novia.
La ratita ya perdía las esperanzas de encontrar un novio, cuando de pronto llega un hermoso ratón blanco, y le dice a la ratita:
- Ratita, ratita tú que eres tan bonita ¿te quieres casar conmigo?
Y la ratita le dijo:
- No sé, no sé, ¿y tú qué ruido haces por las noches?”. Y el ratón con voz suave y dulce le dice:
- ¿Yo? ninguno, yo solo duermo y callo, duermo y callo.
- Ay! sí contigo me casaré.
Y es así como la ratita presumida y el ratón blanco de dulce voz se casaron.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
Fin.